Chuparse el dedo es algo natural e instintivo en muchos niños. Con ello, padres y madres sienten la preocupación y la incertidumbre de saber si este hábito, tan común en los más pequeños, es dañino. Saber la edad a la que se debería dejar de hacer o qué podría suceder si su hijo no deja de hacerlo son otras de las preguntas que rondan por la cabeza de los padres. Así que si estás leyendo este post es quizá porque tengas una situación similar en casa. No te preocupes, en Clínica Carolina López, tenemos la respuesta.

Antes que nada, debes saber y tener plena seguridad de que succionar es uno de los reflejos naturales más importantes de los niños. De hecho, pueden empezar a chuparse el pulgar o los demás dedos de la mano mientras están en el vientre. Esta acción les hace sentir seguros, felices y, además, les relaja -suele ser el reclamo idóneo para conciliar el sueño-.

Ahora bien, la Sociedad Española Odontopediatria (SEOP) asegura que chuparse el dedo tiene más peligro que el chupete debido al riesgo de infección que pueden contraer. Las manos de los bebés exploran muchas cosas, con lo cual el riesgo de infección bucodental se dispara, incluso antes de desarrollar los primeros dientes.

La realidad es que mantener este hábito de forma prolongada puede causar problemas en el crecimiento adecuado de la boca, en la alineación de los dientes e incluso pueden existir cambios en el paladar superior del niño.

Aquí te dejamos algunos consejos para que tu hijo deje este hábito:

  • Cubrir el dedo o dedos con un guante o tiritas durante la noche. Esta es una buena opción para que el pequeño deje este hábito, es precisamente a esta hora cuando más tienen la costumbre de hacerlo.
  • Mojar levemente el dedo en alguna sustancia que no sea agradable para el niño como, por ejemplo, limón o vinagre. Ayudará a que deje de relacionar este hábito con la comodidad. Si elegimos esta opción, debemos vigilar que no se lleve las mano a los ojos para evitar irritaciones.
  • Seguir los consejos de un odontopediatra para que sea él quien le explique las consecuencias negativas que tiene chuparse el dedo. Es importante mentalizar de que este hábito es perjudicial para la salud bucodental y que, a la larga, puede provocar daños graves.

Es imprescindible destacar la figura de un profesional especializado que sepa determinar, en casos graves, qué aparatos bucales son necesarios para dejar de chuparse el dedo. Así como seguir el buen desarrollo de los primeros dientes, ya que es clave para mantener una sonrisa perfecta a largo plazo.

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