Todos nos hemos preguntado alguna vez que cepillo de dientes nos funcionaría mejor, si uno manual o uno eléctrico. Aunque no existe una respuesta unánime, te explicamos las ventajas e inconvenientes de cada uno y en qué casos se recomienda usarlos.

Cepillo eléctrico

La ventaja principal de los cepillos eléctricos es que pueden reducir más la placa bacteriana, según Juan Carlos Llodra, secretario del Consejo General de Dentistas de España.

Cabe destacar, que al disminuir más la placa bacteriana conseguimos evitar la producción de caries y la gingivitis.

Además, los cepillos eléctricos tienen un mecanismo de control de la presión que los hace menos proclives a erosionar la superficie de los dientes y a preservar el esmaltado dental.

Por otra parte, el mecanismo oscilante-rotatorio de estos aparatos es sumamente eficaz. Esta tecnología permite que el cabezal oscile sobre el diente y adopte ángulos distintos para alcanzar distintas zonas, incluida la yuxtaginival.

De este modo, al limpiar la zona yuxtagingival, donde termina la encía y empieza el diente, se consigue eliminar la placa bacteriana.

¿Puedo usar siempre el cepillo eléctrico?

Los expertos explican que en determinadas circunstancias es mejor decantarse por un cepillo manual. Por ejemplo, después de realizar una cirugía, sobre todo, si hay puntos de sutura o alguna zona dolorida.

Para estos casos, lo conveniente es usar un cepillo manual de cerdas ultra suaves que permitan un cepillado más suave. Así en este tipo de cepillados el usuario podrá controlar la velocidad y el cuidado con el que limpiar las zonas sensibles.

En el caso de personas con ortodoncia, aunque pueden emplearlo deben tener cuidado porque se podría desprender un alambre o bracket con el cepillado.

Cepillo manual

Los cepillos manuales tienen múltiples ventajas: son económicos, puedes transportarlos y no necesitan ni pilas ni batería. Además, como ya hemos comentado, puedes modular la presión que ejerces en los dientes de manera autónoma.

Si te decides por este tipo de cepillo, no olvides estas recomendaciones

  • El cabezal: con un tamaño adecuado, con las cerdas entrecruzadas, largas y en distintos niveles, sobre todo con puntas redondeadas o fusiformes.
  • El raspador lingual: lo necesitas para poder realizar una buena higiene de la lengua.

Por último, si no estás seguro de cuál es el más se ajusta a tus necesidades, consúltanos.

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