El cuidado de nuestra boca no debería ser negociable en ningún momento del año, pero la Navidad hace que las medidas higiénicas resulten especialmente urgentes para mantener nuestra salud bucodental. No solo comemos más, sino que lo que comemos, dulces, grasas, alcohol etc, es mucho más dañino para nuestros dientes. Relajar los buenos hábitos higiénicos puede tener consecuencias nefastas, no solo en nuestra dentadura sino en nuestra salud general. Patologías no tratadas, como la enfermedad periodontal, pueden tener repercusiones como un mayor riesgo de padecer diabetes, un problema cardiovascular o un parto prematuro. Por todo ello, te recomendamos seguir unas sencillas pautas que te permitirán disfrutar al máximo de estas Navidades sin que pasen factura en tus dientes y tu boca.

1. Atención a lo que comes

Si por algo se caracterizan las Navidades es por los excesos gastronómicos. Por ello, es fundamental controlar tanto lo que comes como la cantidad que comes. Obviamente, no es el momento de privarse de algún capricho, pero sí podemos caer en la tentación con cierta moderación. Éstos son los alimentos con los que no deberías excederte:

  • Turrón y típicos dulces navideños. Es uno de los productos con más azúcar, el mayor enemigo de nuestra dentadura. Si no puedes prescindir de él consúmelo de forma moderada y si puede ser, opta por el turrón duro, pues se compone mayoritariamente por almendra, miel y clara de huevo y tiene menos azúcar. Eso sí, cuidado al masticarlo, pues puedes fracturarte un diente. La manera correcta de morderlo es con las muelas, ya que son piezas más duras y adecuadas para ese tipo de mordida.
  • Alcohol. Su consumo excesivo es nocivo para nuestros dientes, ya que es muy agresivo par el cemento de la raíz dental y el esmalte. En este sentido, el menos dañino sería el vino tinto. Pero no olvides que, si no lavas tus dientes después de ingerirlo, éste puede manchar las piezas dentales.
  • Bebidas ácidas. Además del vino, la cerveza, los refrescos de cola, las bebidas energéticas o los zumos de frutas e infusiones de frutos rojos son muy ácidos y pueden acrecentar tu sensibilidad dental.
  • Marisco. Con este alimento bastaría con ser precavido pues, si no los comemos con cuidado, podría peligrar la integridad de nuestros dientes. Sé especialmente cuidadoso si llevas prótesis dental.
  • Bebidas con gas. Más allá de la cantidad de azúcares que contienen, son especialmente dañinas, porque están compuestas por una gran cantidad de ácidos. Estos dos componentes dañan el esmalte y provocan caries y sensibilidad dental. Es fundamental que cepilles los dientes tras ingerirlos.

2. No descuides tu higiene bucal

Durante estas fiestas hacemos muchas comidas y cenas fuera de casa y cumplir con tus rutinas de higiene bucal se complica. A pesar de ello, deberías realizar un concienzudo cepillado después de cada comida (recuerda que precisamente en Navidad muchos alimentos están cargados de azúcar). Te recomendamos que metas en tu bolso o bolsillo un pequeño cepillo plegable. Y si no puedes lavarte los dientes después de las comidas, lleva chicles sin azúcar que neutralizan la acidez de los alimentos. Y lo que no es negociable es el cepillado antes de acostarse y después de desayunar.

3. No renuncies a un aliento fresco

El mal aliento se puede prevenir. Para conseguirlo, debes mantener una buena higiene bucal, que incluya siempre el cepillado de la lengua y la cara interna de la boca, ya que se puede acumular suciedad y producir mal olor.

4. Acude a tu odontólogo

Aplazar tus tratamientos para después de las fiestas no es una buena idea, pues podría agravar cualquier problema incipiente y amargarte las Navidades. De hecho, las vacaciones pueden ser un momento perfecto para aprovechar el tiempo libre y tratar esa caries que tenías pendiente de obturar o esa muela del juicio que te da problemas periódicamente.

5. Extrema la seguridad contra el coronavirus

Sin duda la pandemia marcara también estas Navidades y para evitar contagios debes extremar al máximo las medidas básicas de seguridad:

  • Nunca compartas cepillos dentales u otros útiles de higiene bucodental. Ni siquiera los colutorios, aunque utilices el dosificado.
  • No deposites los cepillos de toda la familia en el mismo vaso.
  • Aleja los cepillos dentales del inodoro.
  • Si has contraído el virus, deberás cambiar de cepillo dental una vez lo hayas superado.

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