Hasta el mes pasado, se consideraba que la edad apropiada para comenzar a llevar a un niño al dentista era a los tres años, cuando ya tienen la dentadura desarrollada y completa. 

Este enero la Sociedad Española de Odontopediatría ha cambiado esta consideración. La organización apunta a que la edad ideal para llevar a un niño o niña a la consulta del dentista por primera vez es durante el primer año de vida. 

No esperes a que le salgan los dientes

Al contrario de lo que se creía, los bebés pueden experimentar problemas dentales ya durante su primer año. Por eso, es importante llevarles a la clínica dental al cumplir un año. Algunas de las alteraciones que pueden sufrir son relativas al crecimiento y por tanto, no hay porqué alarmarse. Sin embargo, es aconsejable que lo revise un dentista profesional para llevar un control y comprobar que todo va bien. 

Precisamente, esta revisión sirve para que el odontólogo u odontóloga pueda detectar anomalías futuras en la salud bucodental del niño como puede ser una posición incorrecta o una alineación desviada de los dientes. El odontólogo u odontóloga incluso puede llegar a atisbar los primeros signos de bruxismo, la patología por la que se aprieta la mandíbula de arriba y abajo de forma inconsciente, desgastando la dentadura, entre otras consecuencias.

Cada año, el menor debería pasar por la clínica para comprobar que todo está en orden. En su primera visita, el dentista revisará la ausencia de caries ‘de biberón’. Estas se producen durante la lactancia, a causa de las bacterias que se alimentan de los azúcares que se depositan en los dientes y las encías. 

En esta primera vista, la odontóloga también aclarará a los padres las pautas que deben de seguir para mantener la salud bucodental de su hijo. 

La visita temprana a la consulta del dentista ayuda a superar el miedo que sufren algunos pequeños. Por eso, hemos de intentar hablar de forma positiva acerca de la necesidad de ir al dentista. 

Otros aspectos en la salud bucodental de tu hijo/a

Visitar la Clínica Dental no es lo único que hemos de llevar a cabo para preservar la salud dental de nuestro pequeño. Hay varios aspectos a tener en consideración.

En primer lugar, el lavado de dientes. Antes incluso de salir el primer diente, debemos realizar limpieza de encías en los bebés con una gasa humedecida con agua. A partir de los seis u ocho meses, con la aparición de su primer diente de leche, es recomendable utilizar un cepillo pediátrico para su limpieza bucal. 

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Se recomienda llevar a cabo dos cepillados al día de dos minutos. Es importante que utilicemos muy poca cantidad de dentrífico y que este sea con la cantidad de flúor específica para bebés. Con su crecimiento se podrá aumentar progresivamente el uso de la pasta.

El crecimiento adecuado de los dientes de leche es vital para la salud de los pequeños. Estos también pueden sufrir dolores a causa de flemones y caries. Por esta razón, además de una limpieza correcta, hemos de controlar aspectos como el consumo de azúcares y el uso inadecuado del biberón. 

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