Aunque a simple vista puedan parecer dos sistemas independientes, la salud de tu boca y la de tu intestino están mucho más relacionadas de lo que imaginas. La boca es la puerta de entrada al aparato digestivo y también el primer lugar donde se forma nuestra microbiota. Por eso, mantener una buena salud bucodental no solo protege tus dientes: también puede mejorar tu digestión, tu inmunidad y tu bienestar general.
La microbiota oral: el punto de partida
En la cavidad bucal habitan millones de bacterias que, en equilibrio, forman parte natural de nuestro cuerpo. Esta microbiota oral cumple funciones importantes: ayuda a controlar microorganismos dañinos, favorece una correcta digestión y contribuye a mantener las mucosas sanas. Pero si ese equilibrio se rompe —por una higiene deficiente, una alimentación inadecuada o el consumo de tabaco y alcohol—, pueden aparecer patógenos que no solo afectan a la boca, sino que viajan al resto del organismo.
Cuando tragamos, parte de esas bacterias viajan hacia el estómago e intestino. Si son bacterias beneficiosas, no hay problema. Pero si en la boca hay una infección activa —como gingivitis o periodontitis—, ese flujo constante de microorganismos puede desequilibrar también la flora intestinal.
Enfermedades orales que afectan al sistema digestivo
La periodontitis, por ejemplo, es una enfermedad inflamatoria crónica que no solo daña las encías y los dientes. Numerosos estudios la relacionan con problemas digestivos como el síndrome del intestino irritable, la disbiosis (desequilibrio de la microbiota) o incluso con patologías inflamatorias como la enfermedad de Crohn.
Esto sucede porque las bacterias que provocan la inflamación en la encía no se quedan ahí: pueden alcanzar otras zonas del cuerpo a través de la saliva o del torrente sanguíneo, alterando procesos naturales del sistema digestivo y del sistema inmunitario.
Señales de alerta que no debes ignorar
A veces, síntomas como hinchazón abdominal, digestiones pesadas o cambios en el tránsito intestinal pueden tener su origen en la boca. Una encía inflamada, sangrante o con mal aliento persistente puede ser un indicio de que hay una sobrecarga de bacterias patógenas afectando al equilibrio general del organismo.
Por eso, cuidar la boca es también una forma de cuidar tu intestino. Y viceversa: si tienes problemas digestivos recurrentes, también conviene revisar tu salud oral.
Hábitos que protegen ambos sistemas
La buena noticia es que la conexión entre boca e intestino también puede jugar a tu favor. Algunos hábitos sencillos ayudan a mantener equilibrada tanto la microbiota oral como la intestinal:
- Cepíllate los dientes después de cada comida y no olvides la lengua ni los espacios interdentales.
- Mantén una dieta rica en frutas, verduras y fibra, y reduce el consumo de azúcares y alimentos ultraprocesados.
- Hidrátate bien: la saliva es una barrera natural que regula la flora oral.
- No fumes ni abuses del alcohol, ya que alteran el equilibrio microbiano.
- Realiza revisiones odontológicas regulares para detectar a tiempo cualquier foco de infección.
Tu salud empieza en la boca, pero no termina ahí. Cuidarla no solo significa tener una sonrisa bonita: también es clave para mantener un sistema digestivo sano, una microbiota equilibrada y un organismo en armonía. La próxima vez que pienses en tu bienestar, no olvides que tu boca también forma parte de tu salud intestinal.
¿Quieres revisar tu salud bucodental de forma integral?
En Clínica Carolina López realizamos un enfoque preventivo completo, teniendo en cuenta tu bienestar general, no solo tus dientes. Te esperamos.
📞Valencia: 961 988 333
📞Alicante: 965 671 526
💬WhatsApp Valencia: 665 579 988
💬WhatsApp Alicante: 691 582 107
📧Email: carolina@clinicacarolinalopez.es