Lavarse los dientes, usar hilo dental o utilizar enjuagues bucales son algunas de las rutinas dentales más comunes para cuidar de nuestra salud bucodental y mantener nuestra boca sana y cuidada.

Se trata de hábitos importantes que debemos mantener en todo momento, pero, en el contexto actual, debemos cuidarnos especialmente para evitar que elementos como el cepillo de dientes puedan llegar a ser un foco de transmisión del virus.

Antes de usar el cepillo, lávate las manos

Que lavarse las manos es uno de los hábitos más efectivos para frenar al virus es algo que todos conocemos de sobra. En el caso de la higiene dental no lo es menos. Por ello, es recomendable que nos lavemos las manos antes de tocar el cepillo para evitar posibles transmisiones del virus. Igualmente debemos enjuagarlo y secarlo adecuadamente después de cada uso para que no se alojen bacterias en él.

No compartas tu cepillo

Puede sonar evidente pero, bien sea por descuido o equivocación, el compartir nuestro cepillo de dientes es una manera muy directa de transmitir las bacterias y los virus de una persona a otra.

Igualmente, y por la misma razón, es importante que evitemos que nuestro cepillo esté en contacto con el de otros integrantes de la unidad familiar situándolos, a poder ser, en vasos separados para cada persona.

Tu cepillo, en vertical y sin capucha protectora

Además de colocar el cepillo de forma individual en un vaso o recipiente deberemos hacerlo en posición vertical y con el cabezal hacia arriba. También es recomendable que no utilicemos la capucha protectora, excepto si tiene perforaciones.

Renuévalo

Recuerda que debes cambiar el cepillo de dientes regularmente, al menos cada dos meses y antes si ves que las cerdas están desgastadas. Esto ayudará, además de a que el cepillado se realice de forma efectiva, a prevenir la propagación de bacterias. Y, naturalmente, si hemos pasado el virus o tenemos alguna sospecha de que lo hemos pasado o lo podemos tener también debemos cambiarlo para evitar la propagación de bacterias.

Lo más lejos del inodoro posible

Diversos estudios sugieren que el virus se puede propagar a través de la materia fecal. Por ello, es imprescindible asegurar que nuestro cepillo esté a una distancia segura del inodoro y que cerramos la tapa del mismo antes de tirar de la cadena, pues si no está cubierta parte del aerosol saldrá volando del inodoro y caerá sobre el cepillo.

Mantén tu baño limpio

Con ello evitarás la acumulación de bacterias especialmente en el sitio donde almacenamos los cepillos y donde se lleva a cabo la higiene bucal. Para ello es recomendable limpiar las superficies con un producto de limpieza que incluya lejía.

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