El chupete es un objeto que, aunque muchas veces es la salvación de los padres especialmente en niños a los que les están saliendo los dientes, continúa creando mucha polémica. Su uso tiene defensores y a la vez detractores, pues aunque el chupete sea un gran aliado para ayudar a los bebés a calmarse o a conciliar el sueño, es cierto que también puede causar algunas deformaciones en el paladar y ralentizar el crecimiento de los maxilares. Por ello, numerosos profesionales recomiendan no extender su uso a más de los tres años.

A continuación repasaremos algunos de los beneficios e inconvenientes que tiene este accesorio infantil:

Ventajas del chupete:

Como comentábamos, el principal beneficio de este objeto es que calma a los bebés, les ayuda a relajarse o a dormirse en momentos de llanto o tensión. Se trata de algo que solo consigue, en su defecto, el pecho materno.

Por otro lado, se ha comprobado que el chupete protege al bebé del síndrome de muerte súbita del lactante, reduciendo el riesgo de sufrirlo. En ese sentido, desde distintas entidades como la Academia Americana de Pediatría recomiendan que se les ofrezca el chupete a la hora de dormir, siempre y cuando el bebé no lo rechace.

Inconvenientes del chupete:

Algunas de las desventajas del uso del chupete en bebés son las consecuencias que puede tener en la salud bucodental del pequeño. Como comentábamos al principio, el chupete puede causar deformaciones en el paladar o ralentizar el crecimiento de los maxilares, además de producir alteraciones en el habla como causa de posibles deformaciones de la cavidad oral. Algo que se puede solucionar una vez que el bebé deje de utilizar el chupete.

Igualmente, tanto el hábito de utilizar chupete como el de chuparse el dedo están relacionados con posibles fallos en la alineación de los dientes o en la forma en la que encajan los de arriba con los de abajo, lo que podría derivar en la necesidad de utilizar ortodoncia en un futuro. Esto ocurre con mayor frecuencia cuando los niños utilizan chupete más de 36 meses, por ello, la recomendación de no extender su uso a más allá de los primeros tres años de vida del bebé o incluso del primero.

En cualquier caso, para que se produzcan estas malformaciones, se calcula que es necesario que se ejerza una presión constante durante al menos seis horas diarias, aunque esto también dependerá, además del tiempo, de la fuerza de la succión que ejerza el bebé.

Elegir si utilizar chupete o no va a depender, en gran medida, de si tu pequeño lo acepta y lo necesita o si por el contrario prefiere no usarlo. Como verás, sobre su uso no hay una única opinión pero, si finalmente optáis por utilizarlo, te ofrecemos unas recomendaciones de la Sociedad Española de Odontopediatría para que puedas disfrutar de todos sus beneficios y reducir sus inconvenientes:

  • Intenta no utilizar el chupete en los primeros días de vida. Esto favorecerá la instauración de una lactancia materna eficaz.
  • Evita usar el chupete como método para poder retrasar una comida.
  • Parece mejor que el bebé utilice un chupete para saciar sus ganas de chupar, en lugar de uno de los dedos de su mano (generalmente el pulgar).
  • Si tu hijo utiliza chupete, no tenga uno solo, dado que es fácil que se pierda, lo cual, en algunos casos, supondrá llantos, pataletas, etc.
  • Muchos niños utilizan el chupete para tranquilizarse, sobre todo en la época del destete o en ausencia de los padres. En niños mayores no los reprenda por su uso, ya que ello dificultará su retirada definitiva.

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