Las úlceras bucales, también conocidas como aftas, son heridas en la mucosa bucal cuya causa no se conoce aún con certeza pero pueden producirse por diversos factores. Estas úlceras también pueden estar ligadas a problemas con el sistema inmunitario del cuerpo. Se suelen confundir con los herpes labiales pero, a diferencia de éstos, las aftas no son contagiosas y suelen desaparecer a las pocas semanas con una correcta higiene bucal.

Qué son

Las aftas o úlceras bucales no son más que heridas en la mucosa bucal y pueden presentar diferentes tamaños. Las aftas menores, de menos de 1 centímetro de diámetro, son más conocidas como llagas y aparecen habitualmente en lengua, encías o la parte interna del labio. En cambio, las aftas superiores a 1 centímetro de diámetro aparecen en zonas como los labios o el paladar blando y son más profundas y dolorosas, tardando hasta un mes en curarse.

En algunos casos, las aftas bucales pueden ser recurrentes, apareciendo hasta 4 veces por año. Además, cuando las úlceras duran más de seis semanas pasan a ser aftas crónicas y deben ser siempre valoradas por un médico.

Sin embargo, las aftas graves no son muy frecuentes: solo 1 de cada 10 pacientes con aftas presenta aftas de carácter grave.

Causas por las que aparecen

Las causas de aftas bucales no se conocen con certeza, pero sí hay ciertos factores que ayudan a su aparición.

Por un lado, están las aftas agudas (menos de 6 semanas de duración). En este caso, los factores que pueden contribuir a la aparición de aftas puede ser la irritación de la mucosa bucal por un cepillado agresivo, quemaduras, infecciones como el VIH o la tuberculosis, déficits nutricionales como la falta de hierro o vitamina B, la utilización de ciertos medicamentos o las enfermedades autoinmunes.  Además, se han relacionado con factores como el estrés, factores genéticos y la menstruación.

En cuanto a la aparición de aftas recurrentes pueden estar asociadas a problemas de salud que requieren de la valoración médica para su tratamiento, como pueden ser la enfermedad celíaca, anemia, alergias a ciertos alimentos o productos dentales, el uso de vasodilatadores (inhaladores), la radioterapia o algunos antiinflamatorios.

Cuándo acudir a un profesional y tratamientos

Pese a que las aftas suelen ser bastante frecuentes y acaban curándose solas a lo largo del tiempo debes acudir a un profesional si duran más de dos semanas o se tienen más de tres episodios al año.

También se recomienda ir a un ortodoncista en casos como los siguientes: las aftas sean muy grandes, el dolor no permita comer, se sospeche que las úlceras aparezcan por culpa de cierto medicamento o cuando se asocien a fiebre, diarrea, dolor de cabeza, obstrucción nasal…

En cuanto a su tratamiento, como hemos mencionado antes las aftas bucales no son contagiosas y normalmente desaparecen sin tratamiento en una o dos semanas. Si bien es cierto que hay que ir prestando atención a su evolución y hábitos como evitar comidas calientes o muy condimentadas, mantener una buena higiene oral, utilizar un cepillo de dientes suave o visitar a tu dentista una vez al año pueden favorecer a la desaparición de estas molestas úlceras.

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